FUE UN ORGULLO…
Desde aquel fatídico día en el que me vi sorprendido por tu repentina marcha y después de llegar a asumir lo ocurrido, y esto es un decir, ya que a día de hoy creo que no lo tengo aun asumido, lo siguiente que me vino a la cabeza, era como se iban a desarrollar las inminentes fiestas, conociéndote, conociendo a tu familia y conociendo el grupo del que te habías rodeado, supe desde un principio que papel me iba a tocar, pero no me tocaba decidir a mí.
Me tocó vivir desde la distancia tu falta y los días posteriores, y desde la distancia viví la cantidad de muestras de cariño expresadas desde todos los ámbitos en los que te movías, fue algo muy duro para mí no poder estar al lado de los tuyos en esos días, ni poder vivirlo junto a ese gran grupo de amigos que te rodea, pero esa distancia me sirvió para poder darle muchas vueltas a la cabeza, no sé si para bien o para mal. Y llego el día en el que fui a tu campo a ver a los tuyos y donde ya conocí como querían que se desarrollaran esas fiestas que no debimos vivir, esas fiestas que debieron ser TUS FIESTAS.
Enrique y yo decidimos recoger el encargo de que estuvieras representado en cada uno de los desfiles y actos en los que tu deberías haber estado, pudimos haber sido más pero tomaron la decisión de que fuéramos los dos, pero que sepas que en ningún acto estuvimos solos, siempre estuvimos acompañados, y que aun siendo muchos, nunca ocupamos tu lugar, solo estuvimos donde teníamos que estar, haciéndote presente en cada momento, y recogiendo las enormes muestras de cariño que Villena te dio en esos tristes días.
Fueron días donde recibí innumerables lecciones, la primera y la mejor la recibí muy pronto y me la dio tu sobrina Zoe, con una intervención en su presentación, donde dejó claro todo lo que te quería, todo lo que tu habías hecho para que ella estuviera allí, lo agradecida que te estaba y sobre todo demostró una fuerza y una entereza que para mí la quisiera, fue sin duda un ejemplo de saber estar y de fuerza, transmitida perfectamente por su familia, TU FAMILIA.
Siempre te supiste rodear de buena gente, ya lo demostraste sobradamente el día en el que te casaste, y con María lo volviste a hacer, tuviste la mejor madrina que podrías haber tenido, fue un ejemplo de comprensión de la difícil situación que le había tocado vivir y a mí personalmente su comportamiento en cada momento de los que coincidimos, me ayudó mucho para poder hacer frente a tan dura situación.
También me ayudaron mucho Fernando y sus hijos Fernando y Marcos, los niños porque supieron disfrutar y nos ayudaron a disfrutar y tu Alférez por saber involucrarnos a todos los amigos en este grupo, haciendo que no faltara nadie en ningún momento, lo que hizo poder estar siempre acompañados en esos días donde a cada momento afloraban recuerdos, vivencias, batallitas, llamémoslo como queramos… somos un grupo muy unido en esas vivencias alrededor de nuestras fiestas de moros y cristianos, y a día de hoy nos falta un pilar y por desgracia no uno cualquiera, todos sabemos la cantidad de cosas que se han hecho solo porque tú has puesto de tu parte haciendo lo que hiciera falta para que nos juntásemos y pudiésemos disfrutar de tantos y tantos momentos juntos.
Nos han quedado muchas fiestas por vivir, muchos momentos de disfrutarnos y aunque conocidas son nuestras épicas discusiones, (hasta eso echo en falta), nuestra amistad hizo siempre que superásemos esos tensos momentos. Sé que a partir de ahora nada será igual, no sé cómo ni cuándo serán las próximas fiestas, solo tengo claro que cuando llegue la próxima vez que me plante un día 5 en la losilla, me voy a encontrar muy solo, fuiste durante muchos años mi pareja en una de las puntas de la fila, y solo sé que eso no volverá.
Lo dicho, Fue un grandísimo Orgullo, pero no me causó ninguna satisfacción.
Tu Amigo, que te quiere.